Tiernísima Madre de Dios y de los hombres que,
bajo la advocación de la pura y limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí
miraste con ojos de misericordia por más de tres siglos a todos los que te han implorado,
no deseches ahora las súplicas de este tu hijo, que humildemente recurre a ti..
bajo la advocación de la pura y limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí
miraste con ojos de misericordia por más de tres siglos a todos los que te han implorado,
no deseches ahora las súplicas de este tu hijo, que humildemente recurre a ti..
Atiende mis necesidades, que tu mejor que yo las conoces.
Y, sobre todo, Madre mía, concédeme un gran amor a tu divino Hijo Jesús
y un corazón puro, humilde y prudente, paciencia en la vida,
fortaleza en las tentaciones y consuelo en la muerte.
Así sea. Corrientes, 16 de Julio de 1979