NOVENA A LA GLORIOSA SEÑORA SANTA ANA Madre de la Virgen- Quinto Día –

Gloriosa Santa Ana, madre de María y abuela de Jesús, que has compartido el destino de los santos en la luz de Dios y eres amada en el corazón de tu nieto Jesús.

Él ha venido sobre la tierra para anunciarles a los pobres la Buena Noticia, para curar los corazones de los que sufren, para llevar a su Padre a los pecadores y los justos, para enseñarles a los hombres el amor hacia sus hermanos, para llevar la paz al mundo, para calmar las almas y reponer la esperanza.

Mi buena Madre, vengo a ti con una gran confianza; te pido que escuches lo que humildemente te suplico en esta novena y ruega a Dios por mí.Amén.

Santa Ana, madre de la Santísima Virgen María, Madre de Dios, ruega por nosotros, socórrenos!

ORACIÓN PARA PEDIR LA GRACIA QUE SE DESEA OBTENER

Gloriosísima Señora Santa Ana, madre de la Madre de Dios, poderosa intercesora nuestra y refugio seguro de los que a vos recurren. Yo me gozo en tu honor. Estimo que sea tanta vuestra excelencia, tan sublime vuestra dignidad, y vuestro poder tan admirable, que no puedan dejar de ser también entrañas de piedad y misericordia las vuestras, pues engendraron a la “Madre de Misericordia”. Por eso recurro a Vos, confiado, pidiéndoos de todo corazón me recibáis bajo vuestro amparo. Alcanzadme Fe viva, Esperanza firme y Caridad perfecta, pureza de alma y de cuerpo, devoción cordial a vuestra santísima hija: la Virgen María Señora Nuestra, deseo eficaz de servir a Dios, dolor muy verdadero de haberle ofendido y propósito de enmienda. Haced que este propósito me acompañe hasta la hora de mi muerte, y en ella alcanzadme victoria contra las tentaciones del demonio y la gracia de la perseverancia final. También os pido que empeñéis vuestra especial intercesión para que consigáis la merced que de vos pretendo en esta novena.[Pedir aquí la gracia que se desea]Mostrad, Santa gloriosa, la eficacia de vuestro patrocinio en procurar el buen despacho de mis peticiones. No atendáis a lo poco que yo merezco, sino a lo mucho que vos podéis. Favorecedme con aquella misma instancia con que pedíais al Señor el remedio de vuestra esterilidad. Por aquel gozo con que entendisteis ser vuestra oración oída, oíd ahora mis oraciones. Por aquella confianza y autoridad de madre de la que lo había de ser del mismo Dios, interceded ante vuestra hija santísima. ¿Qué le podéis vos pedir que no tenga buen despacho de parte de Ella? ¿Y qué memorial vuestro puede Ella presentar a su Hijo, vuestro Nieto Santísimo, a que Él no quiera convenir?¡Qué falta, pues, gloriosa Santa Ana, sino que vos queráis interceder!, pues para qué os hizo Dios tan poderosa sino para remedio de los atribulados que acuden a vuestro amparo. Valedme pues, Santa poderosísima, que en vos confío. Valedme para crédito de vuestro poder, para honra de vuestra Hija y de Nuestro Señor Jesucristo, vuestro Nieto. Valedme para que vuestro nombre sea cada más conocido y acudan a vos todos aquellos que tanto necesitan de vuestro amparo. Bien sé que no merezco vuestro valimiento, pero será ilustre misericordia vuestra atender a mis súplicas sin haber en mí merecimiento. Y espero, que luego de ayudado por vuestra intercesión, os sepa vivir agradecido. Amén.

Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria

Gestione cookie