acudo ante ti para decirte lo mucho que te amo y necesito,
quiero que vuelvas tus ojos misericordiosos hacia mi
y veas la desesperación y aflicción que me embarga,
yo he hecho todo lo que esta a mi alcance
pero mis problemas son graves y no he encontrado solución,
Tú que eres tan milagroso no te apartes de mi:
te pido ardientemente me envíes tu asistencia,
te pido urgente consuelo y ayuda
Sapientísimo y Santo Niño de Atocha,
protector de todos los hombres,
amparo de los desvalidos,
sanador divino de cualquier enfermedad.
Poderosísimo Santo Niño:
te saludo, te alabo en este día
y te ofrezco estos rezos:
(tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias),
en memoria de la jornada que hiciste
encarnado en las purísimas e inmaculadas entrañas
de tu dulce y amabilísima Madre,
desde la ciudad santa de Jerusalén hasta Belén.
Por la fe que en ti tengo, escucha mis ruegos,
por la confianza que en ti deposito,
concédeme lo que con humildad solicito:
(pedir lo que se desea alcanzar).
Yo, que te amo sobre todas las cosas,
quiero alabarte sin cesar,
junto a los coros de Querubines y Serafines,
adornados de perfectísima sabiduría.
Espero, preciosísimo Santo Niño de Atocha,
feliz respuesta a mi suplica.
Sé que no saldré desconsolado de ti,
y que además tú me concederás una buena muerte,
para así acompañarte en el Belén de la Gloria.
Amén.
Rezar la Salve y el Credo.