Durante la noche del 7 y la madrugada del 8 de diciembre, las casas y calles de Colombia se iluminan con miles de velas multicolores, en medio de un gran ambiente de fiesta. Esta tradición de luces se conoce popularmente como “La noche de velitas”, el tradicional festejo en honor a la Inmaculada Concepción.
En este día las familias se juntan y encienden velas afuera de sus casas o las cuelgan para trazar el camino por donde pasará la Virgen. Se prepara una comida especial y en algunos lugares se reza el rosario y se hacen novenas.
El origen de esta práctica se remonta a la bula Ineffabilis Deus que fue emitida en 1854 por el Papa Pío IX y donde se afirma que la Virgen María fue concebida sin pecado original. Se dice que en ese día los católicos de todo el mundo encendieron velas y antorchas para celebrar este acontecimiento.
En Colombia, desde 1854, el día de las velitas sirve para homenajear a la Virgen Inmaculada y es la celebración que marca el inicio de las festividades navideñas.
El teólogo Álvaro Rodríguez Vásquez explicó a la Vanguardia que la “noche de las Velitas significa la iluminación que hizo Dios en la Virgen y la aceptación de ella de ese proceso divino”.
fuente: aciprensa