Acto de confianza en el Corazón de Jesús

¡Oh Corazón de Jesús!, Dios y hombre verdadero, delicia de los Santos, refugio de los pecadores y esperanza de los que en Vos confían; Vos nos decíais amablemente: “Venid a mí”; y nos repetís las palabras que dijisteis al paralítico: “Confía, hijo mío; tus pecados te son perdonados”, y a la mujer enferma: “Confía, hija; tu fe te ha salvado”, y a los Apóstoles: “Confiad, yo soy, no temáis”.

Animado con estas palabras tuyas, acudo a ti con el corazón lleno de confianza, para decirte sinceramente y desde lo más íntimo de mi alma: Corazón de Jesús, en vos confío.

En mis alegrías y tristezas,

Corazón de Jesús, en vos confío.

En mis negocios y empresas,

Corazón de Jesús, en vos confío.

En mis prosperidades y adversidades,

Corazón de Jesús, en vos confío.

En las necesidades de mi familia,

Corazón de Jesús, en vos confío.

En las tentaciones del demonio,

Corazón de Jesús, en vos confío.

En las instigaciones de mis propias pasiones,

Corazón de Jesús, en vos confío.

En las persecuciones de mis enemigos,

Corazón de Jesús, en vos confío.

En las murmuraciones y calumnias,

Corazón de Jesús, en vos confío.

En mis enfermedades y dolores,

Corazón de Jesús, en vos confío.

En mis defectos y pecados,

Corazón de Jesús, en vos confío.

En la santificación y salvación de mi alma,

Corazón de Jesús, en vos confío.

Siempre y en toda ocasión,

Corazón de Jesús, en vos confío.

En vida y en muerte,

Corazón de Jesús, en vos confío.

En tiempo y eternidad,

Corazón de Jesús, en vos confío».

Oración

«Corazón de mi amable Jesús, confío y confiaré siempre en tu bondad; y, por el corazón de tu Madre, te pido que no desfallezca nunca esta mi confianza en ti, a pesar de todas las contrariedades y de todas las pruebas que tú quieras enviarme, para que, habiendo sido mi consuelo en vida, seas mi refugio en la hora de la muerte y mi gloria por toda la eternidad. Amén».

 

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