Señor, Dios nuestro,
tu nos has elegido
paras ser tus santos
y tus predilectos.
Revístenos de sentimientos
de misericordia
de bondad, de humildad,
de dulzura, de paciencia.
Ayúdanos a comprendernos mutuamente cuando tenemos algún motivo de queja
lo mismo que tú Señor,
nos has perdonado.
Sobre todo, danos esa caridad,
que es vínculo de perfección.
Que la paz de Cristo
brille en nuestros corazones.
Esa paz que debe reinar
en la unidad de
tu cuerpo místico.
Que todo cuando hagamos
en palabras o en obras
sea en nombre del Señor Jesús
por quien sean dadas las gracias
a ti Dios Padre y Señor Nuestro
Amén.
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