Islas Malvinas, 2 de Junio 82
Querida Mamá:
Hola, ¿cómo estás?, muy bien pues me alegro muchísimo, porque esa es mi única preocupación al igual que papá por supuesto.
Son las 12 del día 2; o sea que recién empieza el día, estoy de guardia y para tratar de ahogar un poco la tensión que estamos viviendo porque estamos pasando los días decisivos del combate.
Quisiera que esta carta la entregara personalmente yo en tus manos y la voy a entregar porque tengo fe de que no me va a pasar nada porque Dios está de nuestra parte y conmigo, pero nunca se sabe, el destino de cada uno lo sabe únicamente él.
Te estoy escribiendo desde mi refugio, e hice fuego porque está bastante frío y con la luz que me da te escribo.
Hace ya 40 días que estamos acá, te juro el tiempo pasó volando, los primeros días fue todo lindo, bueno lindo no fue ningún momento pero como todos teníamos ese entusiasmo de estar acá, nos olvidamos de todo.
Bueno te sigo escribiendo, acabo de ir a hacer un relevo y justo cuando terminé de hacer el último, los buques ingleses empezaron a bombardear, así que nuevamente a la carrera, al refugio, son las 12,30 de la noche y siguen, están cayendo acá cerca, bueno digo cerca a 1 kilómetro, están tirando sobre las primeras líneas nuestras.
Hoy, más bien digo ayer, fue el mejor día para mí, te digo el mejor día porque me sentía contento, con ganas de trabajar, no se fue el mejor día en que me sentía bien y todo se debe a que muy pronto si Dios quiere para bien o para mal, Dios no permita, va a terminar todo.
Hora 10
Buen día mamá, el día está lluvioso y hace frío, no tenemos nada que hacer y estamos metidos en los refugios y sigo escribiéndote.
Acabo de venir de mi cañón, lo fui a revisar como hago todos los días y hablé con los soldados míos, nadie quiere saber más nada, me dicen que no ven la hora que uno de esos proyectiles que tiran les caiga encima, yo les hablo de cualquier cosa, les cuento estupideces y por algún tiempo se olvidan y están bien. Yo no sé como hago pero hasta ahora soy el único de los suboficiales y oficiales que tengo el mismo ánimo que tenía el día que llegamos a las islas, a veces te juro quiero mandar todo al carajo pero no lo demostré nunca porque tengo fe, pienso en ustedes que están bien y que no van a aflojar como no aflojé yo y que en ningún momento voy a bajar los brazos porque a estos piratas los vamos a correr ustedes y yo.
Estoy en mi refugio con un gran amigo y el se llama Daniel Castro y es cabo 1ro. Desde que llegué a Córdoba (Aguirre cumplía funciones como suboficiales en esa provincia) fue el que me guió, me aconsejó y gracias a él aprendí todo lo que se en tan poco tiempo, está maldiciendo porque está lleno de humo, tenemos un tambor de 200 litros abierto abajo y arriba y lo usamos como hogar, estufa, cocina y todas las cosas que te podes imaginar.
El motivo de esta carta es por si me pasara algo puedas leer los últimos pensamientos de tu hijo que te extraña y te quiere como nunca, que los quiero porque al viejo también lo aprecio mucho, lo respeto y todo mi coraje, mi decisión y gran iniciativa lo debo a él y lo más importante la facha y los bigotes que me estoy dejando, ja, ja.
Mamá quiero que sepas que muchas veces no hice caso a tus consejos y reproches fue por chiquilín o por estúpido como lo es uno cuando es adolescente y lo único que piensa es joder, o no sé, porquerías y ahora valoro y comprendo todos tus consejos.
Bien mamá voy a hacer un paréntesis y luego continúo escribiéndote.
Bueno continúo. Hoy es jueves 3 de junio y son las 11,30 de la mañana y recién sigo. Ayer a la tarde tuvimos que tirar toda la maldita tarde yo con mi pieza hice 25 disparos. Anoche tuvimos la tranquilidad más grande que hubo en las islas desde que vinimos, por lo menos dormí bien.
El día de hoy está pesado, cae una leve llovizna, no hay viento y hasta ahora estamos tranquilos, nadie nos molestó desde que amaneció estoy en el refugio, desayuné un jarro de caldo bien polenta. Ya no me quedan cigarrillos y no me queda nada por cambiar, nosotros cambiamos el puñal de paracaidistas por 10 atados, el pañuelo y la boina, ya no queda nada y en toda la isla no hay puchos.
Anoche soñé que estaba en casa y estaban todos mis compañeros y por supuesto ustedes, comíamos un gran asado, yo me había casado con Delia y un montón de cosas más y me despertó un cañoneo de defensa aérea, fue a la madrugada.
Dentro de un rato vamos a comer fideo frito, vos no sabes lo bueno que quedan, nos pasamos el día haciendo fideos, lo hacemos con grasa y de vaca, acá cerca hay un matadero, bueno es el único que hay y es del ejército y mandamos a pedir grasa. Hoy posiblemente nos consigan harina, tengo ganas de comer torta frita que no te imaginas.
Bien vieja, sigo hoy es viernes 4 de junio y son las 2 de la tarde y hace mucho más frío todavía que ayer y hay mucho más viento.
Anoche tuvimos alerta cañón a las 11 de la noche, pero no tiramos, alerta cañón significa que tenemos que tirar.
En este momento el ruido de cañones es impresionante, la mayoría de la artillería que hay en la isla está haciendo fuego sobre los ingleses, que no les dejamos avanzar ni un metro, al contrario ayer retrocedieron 5 kilómetros. Dentro de 45 minutos tenemos que ir a comer y ahí no hay cañonero que valga, ayer estábamos cocinando y hubo alerta gris (cañonero naval), los negros seguían morfando, caían a 200 metros y nada.
En estos momentos están hablando dos suboficiales y un oficial de los soldados, más bien dicho del espíritu de los milicos y todos dicen lo mismo, que el soldado del norte tiene más coraje, más “huevos” porque delante de nosotros están los infantes, un regimiento de Corrientes y hay muchos misioneros y correntinos por supuesto y es impresionante como unos pibes de 18 y 19 años los están haciendo mierda a los piratas y ellos tienen soldados profesionales de 25 y 30 años, son todos mercenarios los malditos.
7:00 horas, 4 jun 1982
Hola ¿cómo seguís? ¿Qué dicen las noticias? Acá no sabemos nada, lo único que sabemos es cuando tenemos que tirar, o cuando tenemos que huir a los refugios.
Yo te cuento que estoy muy bien y con ganas de estar con ustedes y que termine todo.
Está lloviendo cualquier cantidad, hace frío y hay mucho viento, estamos metidos todo el día en el refugio al lado del fuego hablando pelotudeces, perdoná la expresión pero hablamos de lo que cada uno hacía con este tiempo en sus casas, o planeando que vamos hacer cuando volvamos todos victoriosos.
Anoche volví a soñar con ustedes y soñé que por la calle que pasa por acá al lado, pasaban ingleses, las manos en la nuca, rendidos y juro que van a pasar estos guachos.
Mamá yo quiero que sepas que en ningún momento sentí un poco de temor, ni ninguna otra cosa rara que te haga aflojar y mandar todo al carajo, he tenido bronca y algunas cosas pero en ningún momento aflojé.
Yo también quiero lo mismo de vos, pase lo que pase, no aflojes en ningún momento porqué tene en cuenta que tenés un hijo que está peleando por algo tan hermoso y perfecto que es nuestra querida ARGENTINA que por supuesto tiene sus pequeños errores como tenemos todos, pero de todos modos tenés o tenemos que dar gracias A Dios de no aflojar porque fue tu sangre, tu carne, la que luchó para estar siempre libres y echar a todos aquellos quieren habitar nuestras tierras de mala manera. Tenés que estar muy orgullosa de poder decir mi hijo echó a los invasores y en ningún momento titubeó en bajar los brazos porque su mente estaba en la patria, su gente, mi gente y sobre todo la paz y la libertad que siempre tuvimos.
Bien queridos padres, ruego a Dios todos los días que mi plegaria llegue a ustedes y tengan la protección que siempre tuvieron, hasta pronto, que Dios los ilumine como guió mis pasos siempre y acompaño en todo, los quiero y los extraño.
Norberto, Malvinas 4 de junio de 1982