Su sencilla interpretación merece ser tenida en cuenta con los padres y madres que actualmente se sienten cansados y asfixiados por su carga familiar
Cuando tenemos hijos, por lo general firmamos por unos cuantos años de caos… bueno, quizás sean unas cuantas décadas. Es un sinnúmero de altibajos emocionales, pero, primero y lo mejor de todo, es un amor sin mesura. Aun así, a medida que nuestras vidas se van ajetreando cada vez más, es fácil que perdamos de vista el amor y nos centremos en los estreses diarios.
Por fortuna, una madre agotada, Anna Strode, se benefició de un oportuno recordatorio de una pareja de ancianos sobre el auténtico privilegio que significa ser padre y madre. Y solo hicieron falta ocho sencillas palabras.
Durante una visita a una cafetería local con sus mellizos de 2 años, Lachie y Sammy, y su hija de tres meses Madi, la valiente Strode se encontraba lidiando de lleno con un biberón derramado, un bebé llorando, otro a la fuga y la pequeña atada a su pecho llorando de sueño… Entonces, escuchó a un señor mayor que susurraba a su esposa: “Esos fueron los mejores días de nuestra vida”.
Una sorprendida Strode se volvió hacia la pareja y preguntó “¿En serio?” —obviamente, tres bebés de menos de 2 años pueden causar este efecto—, a lo que la anciana respondió sencillamente: “Los mejores con diferencia”.
Las palabras de la pareja tuvieron un impacto inmediato en Strode. En una publicación que compartió en Instagram, la agotada mamá declaró: “De repente, el caos a mi alrededor dejó de parecerme doloroso o frustrante. Quise guardarlo en un botecito y detener el tiempo”. Y continuó diciendo: “En ese momento me di cuenta de que un día mis bebés serán adultos con sus propios bebés y ya no me necesitarán”.
Esas palabras han acompañado a Strode desde entonces, según explicó en la web Scary Mommy: “El comentario del anciano me ha ayudado de verdad a ver como un regalo incluso los días más duros”.
Y la mayoría de padres entenderán lo duros que pueden llegar a ser esos días… Con los berrinches, el esfuerzo interminable por ordenar las cosas y la sensación de aislamiento, bastan para llevar a cualquier padre o madre a la desesperación. Aunque los comentarios más trillados del estilo de “aprovechadlo, el tiempo vuela” pueden ofrecer algún consuelo, ¿con qué frecuencia escuchamos que nuestros días de paternidad serán los mejores de todos?
El mensaje de la pareja anciana a Strode y a los demás padres es muy claro: valorad cada momento, independientemente de lo difícil que pueda parecer, y apreciad a vuestros hijos como las bendiciones que son en realidad.
Fuente Aleteia
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