Cuando Peggy Summers a 55 años descubrió que tenía un cáncer terminal, sabía que tenía que realizar con un último deber como madre: transmitir su sabiduría a sus hijos, desde la sabiduría práctica hasta la emocional pasando por la más importante, la espiritual. Por lo tanto, antes de su muerte, Summers escribió una carta a cada uno de sus hijos, tambien a su hija adolescente Hannah.
La carta era tan emotiva que la chica, enfermera en formación, decidió compartirla en Twitter, con este comentario: “Por favor, abrazad más a vuestros padres y minusvaloréis su presencia, porque nunca sabéis cuándo podéis perderles”.
Hannah explicó que decidió compartir esa carta tan personal de su madre porque “cuanto más la leía más sentía que tenía que hacerlo”. Y añadió: “No hay mejor ejemplo del tipo de persona que era mi madre: tan atenta con los demás y siempre preocupada por ellos antes que por sí misma”.
Hannah también reconoció que su madre “lo hizo porque estaba mucho más preocupada por nosotros que por ella misma”.
Merece la pena dedicar dos minutos a leer toda la carta, ya que seguramente habrá más de una palabra sabia de la que todos podemos aprender.
La carta:
“Hannah:
Si estás leyendo esto, es que la cirugía no salió bien. Lo siento, siempre intenté dar lo mejor de mí para combatir esta terrible enfermedad, pero supongo que Dios tenía otras cosas preparadas para mí. Por favor, no te enfades, en la vida pasan cosas malas y tenemos que aprender a lidiar con ellas sin importar cuánto duelan. Quiero que seas feliz y uses los dones que Dios te ha dado.
Serás una enfermera maravillosa, porque eres una persona maravillosa. Estudia mucho en la escuela, no te preocupes por el trabajo. Si quieres trabajar en verano, bien, pero necesitas concentrarte en serio con la escuela. Sé paciente con papá, esto va a ser duro para él y necesitará tiempo. Ambos necesitáis apoyaros el uno en el otro y hablar mucho, que no es uno de nuestros puntos fuertes, pero intentadlo y no os rindáis. Recuerda que tienes a muchas personas que te quieren, así que habla con ellas a menudo.
Usa tu sentido común para cosas como no ir a cualquier sitio tú sola y tener listo un kit de emergencia en el coche durante el invierno. Si puedes compartir coche para ir a la escuela, hazlo; aléjate de las fiestas porque normalmente son malas, no todos los chicos son malos, pero la mayoría te dirán lo que sea para intentar que hagas cosas; intenta pasar el tiempo con personas que tengan tus mismas creencias, porque ellas te fortalecerán.
Recuerda que sigo contigo y que estoy tan orgullosa de ti como siempre. Conserva a Dios en tu vida y nunca te avergüences de hacer saber a otros que amas a Dios. Si algún día tienes hijos, asegúrate de que saben cuánto les quiero y que habría querido estar ahí para verles.
Te va a ir fantástico en la vida y estaré sonriendo contigo durante todos los momentos importantes en tu vida. Doy gracias a Dios por darnos este pasado año para estar más unidas y pasar tan buenos ratos juntas. Aférrate a esos buenos recuerdos y di a todo el mundo que les quieres tan a menudo como puedas. Disfruta de la vida y vive cada día como si fuera el último, porque ninguno de nosotros sabe si hoy será el último. Y sobre todo, ¡recuerda que TE QUIERO más de lo que sabrás nunca!
Mamá”