Muchos de nosotros no sabemos qué es eso tan misterioso que llamamos Purgatorio, porque lo hemos escuchado de pequeños en la catequesis, en casa, en algunas oraciones, etc.
El Purgatorio es el estado en el que van todas las almas, que aun falleciendo en gracia de Dios, no han llegado en su vida a purificar el daño que han ocasionado con sus pecados.
Pero todos los fieles buscamos llegar al reino de Dios directamente, y vivir con Él para la eternidad y esto puede pasar en caso de hacer estos consejos que te daremos:
Indulgencias:
Probablemente hemos escuchado hablar de las indulgencias, que en palabras de Pablo VI son: “La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos”
A continuación les daremos algunas formas en las que pueden ganar indulgencias:
Leer la biblia
Podrías ganar una indulgencia parcial, si por lo menos durante media hora lees las Sagradas Escrituras con la veneración debida y a manera de lectura espiritual.
Vía Crucis
Puedes conseguir indulgencia plenaria, si el Viernes Santo, en cada una de las 14 estaciones del Vía Crucis meditas.
Si visitas un cementerio.
Se puede ganar una indulgencia plenaria diaria, en caso de que del 1 al 8 de noviembre visites un cementerio y reces ahí por los difuntos.
Pide a Dios tu entrada directa:
Dios nos quiere a todos a su lado, el amor de Dios es infinito y esto es lo más sencillo de hacer y lo que muchas veces olvidamos o pasamos en alto por lo obvio que es. Pero apelemos a su misericordia y pidámosle que en nuestra muerte se apiade de nosotros.
Utiliza los sacramentos:
No existe manera más poderosa de obtener de Dios una muerte más santa y feliz que la confesión semanal, la misa diaria y la comunión diaria.
Las misas pueden ayudar, antes o después de la muerte para que alguien acelere su tiempo en el Purgatorio.
Acepta tus sufrimientos:
Acepta todos los sufrimientos, penas, dolores y decepciones de la vida, ya sean grandes o pequeñas.
La mala salud, pérdida de bienes, la muerte de tus seres queridos, el calor o el frío, la lluvia o el sol como proveniente de Dios.
Soportarlas con calma y paciencia por amor a Él y en penitencia por tus pecados.
Por supuesto, puedes utilizar todos sus esfuerzos para protegerte de problemas y el dolor, pero cuando uno no puede evitarlos, sopórtalos con paciencia.
La impaciencia y la revuelta hacen que los sufrimientos sean mucho mayores y más difíciles de soportar.
Haz la voluntad de Dios
Siempre desear hacer la voluntad de Dios. Es en todos los sentidos lo mejor para ti.
Cuando hagas o busques cualquier cosa que no es la voluntad de Dios, date por seguro que vas a sufrir.
Decir, por lo tanto, con fervor cada vez que se recita el Padre Nuestro haz hincapié en “Hágase tu voluntad”.
Acepta tu pasión
El acto más grande en la vida de Cristo fue su pasión. Él tenía una pasión como cada uno de nosotros tiene una pasión.
Nuestra pasión consiste en los sufrimientos y trabajos de cada día.
Por lo tanto, vamos a hacer nuestro trabajo, aceptar las decepciones y dificultades y llevar nuestros dolores en unión con la Pasión de Cristo.
Ganamos más mérito por un poco de dolor que por años de placer.
Pide por las almas del purgatorio
Pon todo tu poder para las Santas Almas del Purgatorio.
Ora por ellas constantemente, consigue que otros lo hagan, únete a asociaciones de amigos de las pobres almas y piden a todos que hagan lo mismo.
Las Santas Almas te lo pagarán generosamente.