El Papa Francisco se conmovió al escuchar el testimonio de una madre de nueve hijos que vive en un apartamento de acogida y cuyo marido pasó tres años en la cárcel.
El Pontífice escuchó su historia durante la visita que realizó a la catedral de San Pedro y San Pablo de Estonia durante el viaje apostólico. Allí se encontró con personas asistidas por las obras de caridad de la Iglesia.
Marina, que así se llama la madre, contó que hace trece años, durante un período oscuro de su vida, fue salvada por las Hermanas Misioneras de la Caridad: “Gracias a ellas, hoy mi marido y yo vivimos juntos, con trabajo, pero serenos, llevando adelante nuestra gran familia”.
El Papa felicitó a Marina y a su esposo: “Habéis sido bendecidos con nueve hijos, con todo el sacrificio que eso significa, como bien lo has señalado. Donde hay niños y jóvenes, hay mucho sacrificio, pero sobre todo hay futuro, alegría y esperanza”.
“En esta tierra, donde los inviernos son crudos, a vosotros no os falta el calor más importante, el del hogar, ese que nace de estar en familia. ¿Con discusiones y problemas? Sí, pero con ganas de salir adelante juntos. No son palabras bonitas, sino un claro ejemplo”.
El Santo Padre también tuvo palabras de agradecimiento para las religiosas que ayudaron a esta familia: “no tuvieron miedo de salir e ir allí donde vosotros estabais para ser signo de la cercanía y de la mano tendida de nuestro Dios”. Puso de ejemplo la valentía de las Hermanas de la Caridad que ayudaron a esta familia: “La fe misionera va como estas hermanas por las calles de nuestras ciudades, de nuestros barrios, de nuestras comunidades, diciendo con gestos bien concretos: tú eres parte de nuestra familia, de la gran familia de Dios en la que todos tenemos un lugar. No te quedes afuera”.
Por eso, las invitó “a que salgáis por los barrios a decirles a muchos: Tú y tú eres parte de nuestra familia. Jesús llamó a los discípulos, y hoy también os llama a cada uno de vosotros, queridos hermanos, para seguir sembrando y transmitiendo su reino. Él cuenta con vuestras historias, con vuestras vidas, con vuestras manos para recorrer la ciudad y compartir lo mismo que vosotros habéis vivido. ¿Puede contar con vosotros?”.