Jelena Vasilj es una mujer tocada por las apariciones de la Reina de la Paz de Medjugorje, pero no exactamente como las videntes. De hecho, a diferencia de ellos, Jelena no ve a la Virgen externamente, sino internamente a sí misma. Jelena tiene algunas locuciones, una especie de estado de éxtasis en que siente, dentro de sí misma, el mensaje divino.
La primera vez que esto le sucedió fue el 15 de diciembre de 1982. Estaba en la escuela y cuando le preguntó a una compañera de clase qué hora era, escuchó una voz que salía de su corazón: “Son las diez y veinte”.
Luego se dio cuenta que quién le habló fue un Ángel, que más tarde la invitaría a una oración constante. Jelena Vasilj también hablará con Jesús y con la Virgen a lo largo de los años: “No tengo la intención de revelar los secretos a través de ti, sino de guiarte en el camino de la consagración”.
Desde entonces, la oración de Jelena se ha unido a la de muchos otros, en Medjugorje y en otros lugares, con la continua consagración al Inmaculado Corazón de María y al Sagrado Corazón de Jesús.
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