Por ejemplo, en el siglo V, san Dionisio el Areopagita enseño mucho sobre estos seres espirituales y su jerarquía.
Para el año 1010, san Bernardo animó a respetar la presencia de los ángeles, agradecerles sus favores y confiar en su ayuda.
San Juan Bosco recomendaba a sus muchachos, que en momentos peligrosos invocaran a su ángel de la guarda, un día, dos jóvenes obreros estaban en un andamio bastante alto, alcanzando materiales y de pronto se partió la tabla y se vinieron abajo. Uno de ellos recordó el consejo oído y exclamó: “Ángel de mi guarda”
El que no exclamó nada, murió, mientras que el otro solo había perdido el conocimiento, cuando despertó subió como si nada hubiera pasado. Ese obrero exclamó:
“Cuando vi que me venía abajo invoqué a mi ángel de la guarda y sentí como si me pusieran por debajo una sábana y me bajaran suavecito. Y después ya no recuerdo más”.
Puedes pedir ayuda a tu ángel de la guarda para que te inspire imágenes bellas, también para que te proteja de la acción de los demonios. Háblale a tu ángel a través de esta oración:
Oración al Ángel de la guarda
Ángel de la guarda de mi alma, a quien Dios me envió como compañero en la tierra, protégeme de las trampas del maligno, y ayúdame a caminar siempre como hijo de Dios, mi Creador.
Ángel custodio de mi alma, cuyo conocimiento perfecto sirve lo que es verdadero, líbrame de engaños y tentaciones. Ayúdame a conocer la verdad, y siempre a vivir en ella.
Ángel custodio de mi alma, que alabas a Jesucristo, el único Hijo de Dios, que sacrificó su vida por amor a nosotros, ven y sé mi sostén a medida que aprendo los caminos del amor divino, de la generosidad del sacrificio, de la mansedumbre y la humildad de corazón.
Gracias te doy, mi amigo celestial, por tu cuidado vigilante perenne. En el momento de mi muerte, llévame al cielo, donde el único y verdadero Dios, que es la luz, la verdad y el amor, vive y reina por los siglos de los siglos.
Amen
View Comments (0)