Adórote, bendígote y alábote, Santísima e Individua Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero, en quien espero, y a quien amo sobre todas las cosas, a quien adoro, venero y reverencio, con toda mi alma, potencias y sentidos, vida y corazón. Me pesa una y mil veces haber ofendido a mi Dios. Confiado en tu divina bondad, espero alcanzar de tu misericordia el perdón de mis pecados, y la gracia de la perseverancia final, para que después de esta vida mortal, merezca mi alma gozar eternamente de ti en la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA PRIMERO
PRIMER GOZO: SER ESCOGIDA PARA SER MADRE DE “LA MADRE DE DIOS”
Considera, alma mía, cuán grande sería el gozo que tuvo Santa Ana, cuando después de tan larga esterilidad, tuvo celestial revelación de que sus oraciones eran oídas, y que por tanto sería madre de la mejor hija que hubo en el mundo. ¿Has visto un campo, después de un largo y triste invierno, reverdecer en la primavera tan vistoso que parece estarse riendo y recibiendo alegría? ¿Pues cual no sería el gozo de aquella dama, cuando, en el invierno de su edad, conoció que ella reverdecería fecunda a pesar de su esterilidad envejecida?¡Cómo alabaría al Altísimo! ¡Cómo le ofrecería ya desde entonces el fruto de su vientre! ¡Cómo se olvidaría ya de su oprobio, que el cielo remediaba con tal fruto de bendición y santidad! Sería la madre de la Santísima Virgen María, ¡Ella sería su hija! Admitid, santa gloriosa, mi alegría por vuestro gozo. Hacedme participante de él, alcanzando fecundidad también a mi alma, fecundidad en buenas obras y en el servicio a Dios Nuestro Señor.
PRIMERA VIRTUD: FE ADMIRABLE
Pondera cuán firme y segura la Fe de la gloriosa Santa Ana. No sólo creyó todos los misterios divinos revelados a su pueblo, sino también la revelación del ángel que, de parte de Dios, le anunció la hija que de sus entrañas -hasta entonces estériles- había de nacer. La experiencia de tantos años hacía parecer imposible la promesa y perder la esperanza de verla cumplida. Pero esta hija de Adán creyó, y con Fe viva, nada dudó. Esta Fe sí que fue como el grano de mostaza; por eso de ella nació el más hermoso árbol: María Santísima, en cuyos ramos y brazos no descansaron sólo los ángeles del cielo, sino el mismo Dios de los ángeles cuando se hizo hombre. Aviva, alma mía, tu Fe, y júntale buenas obras para que no sea una Fe muerta. Si es poca, ayudad, Santa gloriosa, mi Fe, para que sea tal que mueva montañas.
ORACIONES Y POEMA DE LOS GOZOS PARA TODAS LOS DÍAS
-Rezar: Credo, Padre Nuestro y Ave María
-Luego decir 3 veces: “Santa Ana, socorred a los miserables”
-Luego:
ORACIÓN PARA PEDIR LA GRACIA QUE SE DESEA OBTENER
Gloriosísima Señora Santa Ana, madre de la Madre de Dios, poderosa intercesora nuestra y refugio seguro de los que a vos recurren. Yo me gozo en tu honor. Estimo que sea tanta vuestra excelencia, tan sublime vuestra dignidad, y vuestro poder tan admirable, que no puedan dejar de ser también entrañas de piedad y misericordia las vuestras, pues engendraron a la “Madre de Misericordia”. Por eso recurro a Vos, confiado, pidiéndoos de todo corazón me recibáis bajo vuestro amparo. Alcanzadme Fe viva, Esperanza firme y Caridad perfecta, pureza de alma y de cuerpo, devoción cordial a vuestra santísima hija: la Virgen María Señora Nuestra, deseo eficaz de servir a Dios, dolor muy verdadero de haberle ofendido y propósito de enmienda. Haced que este propósito me acompañe hasta la hora de mi muerte, y en ella alcanzadme victoria contra las tentaciones del demonio y la gracia de la perseverancia final. También os pido que empeñéis vuestra especial intercesión para que consigáis la merced que de vos pretendo en esta novena.[Pedir aquí la gracia que se desea]Mostrad, Santa gloriosa, la eficacia de vuestro patrocinio en procurar el buen despacho de mis peticiones. No atendáis a lo poco que yo merezco, sino a lo mucho que vos podéis. Favorecedme con aquella misma instancia con que pedíais al Señor el remedio de vuestra esterilidad. Por aquel gozo con que entendisteis ser vuestra oración oída, oíd ahora mis oraciones. Por aquella confianza y autoridad de madre de la que lo había de ser del mismo Dios, interceded ante vuestra hija santísima. ¿Qué le podéis vos pedir que no tenga buen despacho de parte de Ella? ¿Y qué memorial vuestro puede Ella presentar a su Hijo, vuestro Nieto Santísimo, a que Él no quiera convenir?¡Qué falta, pues, gloriosa Santa Ana, sino que vos queráis interceder!, pues para qué os hizo Dios tan poderosa sino para remedio de los atribulados que acuden a vuestro amparo. Valedme pues, Santa poderosísima, que en vos confío. Valedme para crédito de vuestro poder, para honra de vuestra Hija y de Nuestro Señor Jesucristo, vuestro Nieto. Valedme para que vuestro nombre sea cada más conocido y acudan a vos todos aquellos que tanto necesitan de vuestro amparo. Bien sé que no merezco vuestro valimiento, pero será ilustre misericordia vuestra atender a mis súplicas sin haber en mí merecimiento. Y espero, que luego de ayudado por vuestra intercesión, os sepa vivir agradecido. Amén.
GOZOS PARA SANTA ANA
Dulce madre de María,
Amorosa protectora:
Ahora y en la última hora,
Sed, Ana, abogada mía.
La Suprema Trinidad,
La llena de bendiciones.
Benditas las oraciones,
Que alaban la gran bondad.
Su amor encanta, enamora,
Al que en su piedad confía…
Ahora y en la última hora,
Sed, Ana, abogada mía.
Vuestra hija muy amada,
En el templo presentaste.
Con ella a Dios aplacaste,
Y su justicia enojada.
Tú serás mi bienhechora,
Mi dulce bien y mi guía…
Ahora y en la última hora,
Sed, Ana, abogada mía.
Con sólo este don precioso,
Ofrecisteis más a Dios,
Su padre Joaquín y vos,
Que todo justo glorioso.
Más que todos atesora,
Gracia y santidad María…
Ahora y en la última hora,
Sed, Ana, abogada mía.
Santa Ana, por vuestro amor,
Conseguidnos en la muerte,
Gracia, paz y buena suerte,
Por María, vos y el Señor.
Pues sois la consoladora,
En la última agonía…
Ahora y en la última hora,
Sed, Ana, abogada mía.
Tenedme siempre en memoria,
En la celestial morada.
Mi alma está enamorada,
De vos que estáis en la gloria.
Mi amor que suspira y llora,
Quiere haceros compañía…
Ahora y en la última hora,
Sed, Ana, abogada mía.
O R A C I Ó N F I N A L
Omnipotente y misericordioso Dios, que proporcionando siempre a los hombres los medios de salvación y de consuelo, llenasteis de tanta gracia, dulzura y suavidad los nombres de Jesús, María y José, Joaquín y Ana, a favor de los que, por reverencia a tan soberanos nombres, Los pidiesen el remedio de sus necesidades y consuelo en sus aflicciones: Os suplicamos rendidos que a todos los que con Fe, amor y devoción, invocaren tan augustos nombres, les concedáis en esta vida los dulces consuelos de tu divina gracia, y en la otra reciban el Cielo como el premio. Por Cristo Señor Nuestro. Amén.