Fue el 14 de febrero de 1982, cuando Mirjana, una de las videntes de Medjugorje, tuvo una aparición espantosa, que le mostró a Satanás con el manto y los ornamentos de Nuestra Señora.
Le prometió felicidad y suceso si hubiera renunciado a seguir a la Virgen María, quien, en cambio, solo la habría hecho sufrir, -según él.
Mirjana se negó y decidió, como bien sabemos, de seguir recibiendo los mensajes de la Reina de la Paz.
Mirjana también explicó que, después de esa horrible visión, Nuestra Señora se le apareció, y le pidió que nunca olvidara que Satanás realmente existe y que, para este siglo, está desatando sus mejores armas, para tentar a los hombres y adquirir sus almas.
