Como humanos, todos deseamos ir al Paraíso, un lugar donde nuestras lágrimas serán enjugadas y nuestro sufrimiento terminará. Es imposible imaginarlo, ya que el Paraíso está totalmente más allá de nuestra experiencia humana, según nos dice san Pablo.
Algunas personas habrán podido tener pequeñas visiones del Cielo gracias a experiencias cercanas a la muerte, pero muchos admiten que no se puede describirlo con precisión en palabras.
El mejor lugar para encontrar una imagen auténtica del Paraíso que nos dé una idea de lo que Dios nos aguarda está en la Escritura. Dios escogió al menos siete maneras diferentes de presentar el Paraíso para nuestras imaginaciones mortales, animándonos en nuestro esfuerzo diario a seguir Su voluntad para pasar la eternidad con Él.
Dios la casa del Padre
“En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar” (Jn 14,2).
Paraíso
“Jesús le respondió: «En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso.»” (Lc 23, 43).
“Al vencedor le daré de comer del árbol de la vida, que está en el Paraíso de Dios” (Ap 2, 7).
Una hermosa ciudad, la Nueva Jerusalén
“Se acercó a mí uno de los siete ángeles de las siete copas llenas de las siete últimas plagas y me dijo: «Ven, que te voy a mostrar a la novia, a la esposa del Cordero.» Me trasladó en espíritu a un cerro muy grande y elevado y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén, que bajaba del cielo de junto a Dios, envuelta en la gloria de Dios. Resplandecía como piedra muy preciosa con el color del jaspe cristalino”. (Ap 21, 9-11).
“Y vi a la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia que se adorna para recibir a su esposo”. (Ap 21, 2)
Un lugar de luz
“No necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque Dios mismo será su luz, y reinarán por los siglos para siempre” (Ap 22, 5).
Banquete de bodas
“Aprendan algo del Reino de los Cielos. Un rey preparaba las bodas de su hijo, por lo que mandó a sus servidores a llamar a los invitados a la fiesta” (Mt 22, 2-3)
Un lugar de paz entre toda la creación
“El lobo habitará con el cordero, el puma se acostará junto al cabrito, el ternero comerá al lado del león y un niño chiquito los cuidará” (Is 11,6).
“Hará de árbitro entre las naciones y a los pueblos dará lecciones. Harán arados de sus espadas y sacarán hoces de sus lanzas. Una nación no levantará la espada contra otra y no se adiestrarán para la guerra” (Is 2, 4).
Mejor país, la verdadera Tierra Prometida
“Y al pasar escribirás en ellas todas las palabras de esta Ley, con el fin de asegurar tu entrada a la tierra que Yavé, tu Dios, te da como lo tiene dicho a tus padres, tierra que mana leche y miel” (Dt 27, 3).
“Pero no, aspiraban a una patria mejor, es decir, a la del cielo” (Hb 11, 16).