(El Señor le dijo a Santa Gertrudis que con esta oración podría liberar 1000 almas del purgatorio cada vez que la rezara).
Padre eterno, yo te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesús, en unión con las Misas celebradas hoy día a través del mundo por todas las benditas ánimas del purgatorio por todos los pecadores del mundo. Por los pecadores en la iglesia universal, por aquellos en propia casa y dentro de mi familia. Amén.