Poderosa oración de sanción a mi amado y dulce niño Dios

Mi amado y dulce Niño Dios, Tú has venido a este mundo con tu ternura y tu luz para reconciliarnos en el amor, para animar a los corazones entristecidos que venían cargados de opresión y de injusticias.

El Sol que nace desde lo alto ha venido entre nosotros en una noche bendita en el que las estrellas del firmamento permanecieron inmóviles ante el mayor acontecimiento de la historia.

Quiero acoger en mi interior tu misterio de salvación, acoger todo tu amor, tu consuelo, tu compasión, tu ternura y tu auxilio divino.

Sentir el fuego vivo de esa esperanza reconciliadora que vienes a ofrecerme.

Viniste a este mundo despojándote de toda tu realeza, dejando de lado toda majestad y supremacía para nacer en un humilde pesebre y mostrarnos a todos la grandeza de tu pobreza.

Así como has venido a mi vida a mostrarme tu inmenso amor y lo importante que soy para Ti, también quiero compartir con mis seres queridos la alegría que has traído a mi vida, mostrarles lo importante que son ellos para mí.

Ven y dame la fuerza de tu amor.

Dame un corazón limpio y puro como el tuyo que me permita ser un anunciador fiel de tu verdad, para que, al igual que los pastores, salir corriendo por los caminos, alabando y glorificando tu obra de amor.

Ven y derrama tu amor sobre todas mis heridas, sánalas, y hazme nacer a la esperanza de permanecer a tu lado y sentir la fuerza de tu encarnación.

Gracias amado y dulce Niño Dios por todo lo que me has regalado desde el principio de mi historia Contigo. Amén.

Propósito para hoy.

Invitaré a mi familia a rezar unidos el Santo Rosario pidiendo que la ternura del Niño Dios se haga presente en cada hogar y en cada corazón de este mundo.

Frase de reflexión.

“Acojamos a Cristo en nuestra vida, ocupémonos unos de otros, respetemos la creación con amor”.

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