Pablo, fiel apóstol y soldado de Cristo.
Tú, que al conocerlo no dudaste en cambiar tu vida,
acompáñanos en la lucha de nuestra conversión diaria.
Tú que hiciste del anuncio del evangelio tu mas bella misión,
ayúdanos a anunciar el mensaje del Señor,
con la palabra y con nuestro testimonio.
Tú, que luchaste el buen combate,
transmítenos tu valentía y fortaleza
para enfrentar sin miedos las dificultades
que se nos presenten en la palestra de nuestra vida.
Tú que encontraste en Cristo, la llama que encendía tu fe,
ilumínanos con ella, para descubrirlo también nosotros,
aún en nuestra oscuridad.
Tú que nos enseñaste todo esto,
enséñanos también a trabajar mas unidos que nunca,
para así infundir amor y esperanza en cada lugar que nos toque actuar.
Amén