Santa Bernadette, halló consuelo en su sufrimiento volviendo sus ojos a Cristo:
“Oh, Jesús, Jesús”, rezaba, “ya no siento mi cruz cuando pienso en la tuya”.
Si tú también estás sufriendo, reza este fragmento de una de sus oraciones:
“Deja que el crucifijo no esté sólo en mis ojos y en mi pecho, sino en mi corazón.
¡Oh, Jesús! Libera todos mis afectos y elévalos a lo alto.
Deja que mi corazón crucificado se hunda para siempre en el tuyo y se entierre en la herida misteriosa causada por la entrada de la lanza“.
Virgen de las Lágrimas de Siracusa Súplica a la Virgen de las Lágrimas Virgen de… Read More
Santísima Trinidad, Dios Trino y Uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, principio y fin nuestro,… Read More
Santa Margarita de Hungría fue una religiosa de la orden dominica quien vivió durante el… Read More
Medjugorje: ¿Qué tiene que decirnos hoy la Reina de la Paz? Mensaje del 25 de… Read More
Salmo 18.8.9.10.15 R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida La ley del Señor es perfecta… Read More
Evangelio según San Marcos 2,13-17. En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla… Read More