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“El perdón de Asís” en tiempos de pandemia

El tradicional “perdón de Asís” o la “indulgencia de la Porciúncula” se realizará el 2 de agosto manteniendo las medidas sanitarias para evitar contagios del coronavirus COVID-19.

De acuerdo con el programa publicado por la Diócesis de Asís – Nocera Umbra – Gualdo Tadino, el sábado 1 de agosto se llevará a cabo la apertura de la solemnidad del perdón a las 11:00 a.m. (hora local) con una Misa presidida por el ministro general del orden de los frailes menores (OFM), P. Michael Perry. Al finalizar la Eucaristía iniciará “la apertura del perdón” en la que será posible recibir la indulgencia plenaria hasta las 12:00 a.m. del 2 de agosto.

El “perdón de Asís” se expande a todas las iglesias parroquiales y a las iglesias franciscanas del mundo.

Sin embargo, debido a las medidas sanitarias para evitar contagios del COVID-19, este año la fiesta del perdón tendrá algunos cambios.

En primer lugar, no se llevará a cabo la marcha franciscana en la que participan numerosos jóvenes en la apertura de la puerta de la Porciúncula.

Además, la Basílica de San Francisco se ha tenido que adaptar a las normas de distanciamiento social, a la higienización de los espacios y se espera que no habrá multitudes como otros años.

Por su parte, el fraile franciscano Simone Ceccobao quien vive en Asís indicó a Vatican News que un cambio significativo será el “traslado de las confesiones de la Basílica al convento de Porciúncula” ya que los confesionarios “todavía no se pueden utilizar, además se crearía una situación inmanejable para distanciar a los penitentes en la Basílica”.

Por este motivo, el 1 y 2 de agosto, “el convento de los frailes, que normalmente es un espacio enclaustrado, porque solo muy pocas personas además de nosotros pueden entrar, se abrirá a las personas que desean acercarse al perdón”.

“Podríamos decir que la casa de los frailes se convierte en la casa de la misericordia. El perdón es siempre el perdón. Me gusta verlo este año, porque es cierto que todavía hay una emergencia en curso que nos ha hecho sentir un poco más frágiles, un poco más pequeños, un poco más indefensos, pero al mismo tiempo esta emergencia ha puesto de relieve de manera muy fuerte la urgencia del perdón que hace que nuestras vidas sean nuevas”, advirtió fray Simone.

Para obtener la indulgencia plenaria para sí mismo o para un difunto al visitar la Porciúncula es necesaria la confesión, la participación a la Misa y la Eucaristía, además de rezar el Credo y el Padre Nuestro por las intenciones del Papa.

La Porciúncula es una pequeña capilla dentro de la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles en las afueras de Asís en Italia. Allí, San Francisco de Asís recibió su vocación en el año 1208 y vivió la mayor parte de su vida en este lugar.

En el año 1216, mientras Francisco estaba en la Porciúncula, en oración y en contemplación, se le apareció Cristo y le ofreció que le pidiera el favor que él quisiera. En el centro del corazón de San Francisco siempre estaba la salvación de las almas. Él soñaba que su amada Porciúncula fuese un santuario donde muchos se pudieran salvar, entonces le pidió al Señor que le concediera una indulgencia plenaria (o sea, una completa remisión de todas las culpas), para que todos aquellos que vinieran a visitar la pequeña capilla, una vez que se hubieran arrepentido de sus pecados y confesado, pudieran obtenerla. Nuestro Señor accedió a su petición con la condición de que el Papa ratificara la indulgencia. Y fue el Papa Honorio III quien aprobó esta indulgencia.

La Porciúncula fue también el lugar donde San Francisco recibió los votos de Santa Clara. El 3 de octubre de 1226, muere San Francisco, y en su lecho de muerte, le confía el cuidado y protección de la capilla a sus hermanos.

Fuente: Aciprensa