“Orad al Padre que os perdone las omisiones cometidas hasta el momento“, dice la Reina de la Paz de Medjugorje.
La Madre celestial quiere hacernos comprender lo peligroso que es, para nuestra vida y especialmente para nuestra alma, seguir viviendo como si Dios no existiera, como si todo lo que quisiéramos hacer fuera lícito y digno, como si el pecado no manchara indeleblemente nuestro corazón.
Ella nos asiste desde arriba y, a veces, como en Medjugorje, “desciende” entre nosotros, para reafirmar su mensaje, alto y claro. Ella quiere nuestro bien, quiere defendernos del maligno y salvarnos de la perdición eterna.
Maria dice: Te enseño a entregarte a los demás
Medjugorje – Mensaje, 2 de diciembre de 2011
“Queridos hijos, como Madre estoy con vosotros para ayudaros con mi amor, oración y ejemplo a convertiros en semilla de lo que sucederá, una semilla que se desarrollará en un árbol fuerte que extenderá sus ramas en el mundo entero. Para convertiros en semilla de lo que sucederá, semilla de amor, orad al Padre que os perdone las omisiones cometidas hasta el momento.
Hijos míos, sólo un corazón puro, no agobiado por el pecado, puede abrirse y sólo unos ojos sinceros pueden ver el camino a través del cual os deseo conducir. Cuando comprendáis esto, comprenderéis el amor de Dios y eso os será dado. Entonces, vosotros lo daréis a los demás como semilla de amor. ¡Os agradezco! ”
Reflexión sobre el mensaje de Medjugorje
Cada fiel que quiera volver a la gracia de Dios debe dar un primer paso. No iremos a ningún parte si no nos reconocemos primero en la necesidad de reconciliarnos con el Creador, pidiendo misericordia por las faltas, por todo lo que nos ha alejado de la conversión.
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