El Arzobispo de Santiago de Chile, Mons. Celestino Aós, rechazó los ataques incendiarios a dos iglesias ocurridas ayer en el centro de la capital y llamó a la población a realizar actos de reparación.
Ayer 18 de octubre grupos de manifestantes encapuchados ingresaron violentamente a la iglesia San Francisco de Borja, dedicada al servicio religioso de los Carabineros; y a la iglesia de la Asunción, una de las más antiguas de la capital con más de un siglo y medio de construcción.
El devastador incendio en la iglesia de la Asunción provocó el derrumbe de la torre, lo que fue celebrado por los manifestantes. Asimismo, en su cuenta de Instagram, una de las manifestantes posa dentro de esta iglesia.
Los ataques ocurrieron durante las manifestaciones por el primer año del estallido social en Chile, y en las cuales grupos vandálicos aprovecharon para atacar varios templos. En enero de este año la iglesia San Francisco de Borja también atacada.
expresó Mons. Aós: “La violencia es mala”
“La violencia es mala, y quien siembra violencia cosecha destrucción, dolor y muerte. Nunca justifiquemos ninguna violencia”, expresó Mons. Aós en un comunicado publicado ayer domingo, en el que recordó los ataques de hace un año contra varios templos y cuya reconstrucción ha costado y “exigido a los más empobrecidos sacrificios e incomodidades constantes; se les hizo la vida más penosa”.
“Los pobres son los más perjudicados” con estos actos vandálicos, señaló el Prelado. Dijo que esperaban que “no se repitieran esas acciones y esas imágenes”, sin embargo, “las acciones violentistas y las imágenes vandálicas las padecemos de nuevo hoy”. “Esas imágenes no solo impactan y duelen en Chile, sino que impactan y duelen en otros países y otras gentes del mundo, especialmente hermanos cristianos”, señaló.
Mons. Aós expresó su solidaridad a los fieles de la parroquia de la Asunción de la Virgen María, y de la parroquia de Carabineros, y los llamó a no perder la fe ni la esperanza, porque “el amor es más fuerte”.
“No justifiquemos lo injustificable. Dios no quiere la violencia. Nos encontraremos para hacer como comunidad creyente actos de desagravio y de reparación”, expresó.
La Conferencia Episcopal de Chile (CECh) también condenó los ataques y dijo que esto demuestra que “no hay límites para quienes exacerban la violencia”.
El Episcopado expresó también su solidaridad a los fieles de ambas parroquias y señaló que la destrucción no puede ser festejada.
La CECh dijo que la mayoría de la población no apoya la violencia y llamó a los chilenos a que el 25 de octubre, durante la consulta para ver si se redacta una nueva Constitución, no ocurran más actos vandálicos. “En las democracias nos expresamos con el voto libre en conciencia, no bajo las presiones del terror y la fuerza”, señaló.
Fuente articulo: www.aciprensa.com