Nuestra Señora de Medjugorje nos invita a llevar sus mensajes a los demás y nos muestra cómo hacerlo y, por tanto, a colaborar con ella.
“Hijitos, deseo que cada uno de ustedes sea portador de mis mensajes”.
Pero primero hay un paso que debemos dar: la Virgen nos invita ante todo a la conversión.
Sólo así podremos trasmitir sus mensajes a los demás, porque hablará nuestro ejemplo de vida, que es el testimonio más eficaz y creíble y vale mucho más que muchas palabras.
Medjugorje: Mensaje, 25 de febrero de 1996
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a la conversión. Este es el mensaje más importante que les he dado aquí. Hijitos, deseo que cada uno de ustedes sea portador de mis mensajes. Los invito, hijitos, a vivir los mensajes que les he dado durante estos años. Este tiempo es un tiempo de gracia. Especialmente ahora que también la Iglesia los invita a la oración y a la conversión. También Yo, hijitos, los invito a vivir mis mensajes que les he dado durante este tiempo, desde que me aparezco aquí. Gracias por haber respondido a mi llamado!”
Reflexión sobre el mensaje de Medjugorje
La Virgen en su mensaje, pone la conversión en el centro, porque solo a partir de ahí, solo desde un corazón entregado a Cristo comienza la renovación de todo lo que nos rodea. “Hoy los invito a la conversión. Este es el mensaje más importante que les he dado aquí”. Nuestra Señora da gran importancia a la conversión personal porque sabe muy bien que solo un corazón que cambia la dirección vieja para aquella nueva dirigida a Cristo puede ser fuente de otro Bien para el prójimo.
Y es así como cada uno de nosotros se convierte en colaborador de María en su proyecto, que es el plan de Dios. Él la envió entre nosotros para ayudarnos y protegernos de los peligros del mundo, en el camino hacia la Eternidad.
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