Oración a la Virgen del Camino para prosperidad y protección de enemigos

Virgen del Camino
Virgen del Camino

Mi amada Virgen del Camino,
tierna María, presencia de Dios constante,
amable esperanza y dulce consuelo del que sufre,
poderosa y muy benigna abogada
de todos los que padecemos aquí en la tierra,
por favor, socórrenos, ampáranos y defiéndenos.

Tú que bajo la advocación de Virgen del Camino
 eres vigilante centinela de nuestros caminos
quita los muchos obstáculos y adversidades
que interfieren e impiden que avancemos,
presérvanos de los males temporales de esta vida,
y líbranos de todo daño y ataque del maligno. 

Madre de entrañable bondad y misericordia,
envíanos desde lo Alto tus divinas luces
y con tus resplandores divinos
ilumínanos y aparta de nosotros toda maldad
para que sepamos acudir al manantial de todo bien.

Virgen del camino, ¡oh celestial Señora!,
hoy te ofrezco mi amor y culto, mi veneración, 
y acudo con ilusión ante tus maternales cuidados
para solicitar el auxilio de tu protectora presencia: 
ven sin tardar a mi vida, dame tu milagrosa mano, 
guíame y condúceme por la buena senda,
líbrame de la culpa mortal
y hazme participe de tus favores,
líbrame de toda mala persona,
aléjame de envidias, celos y traiciones,
de mentiras, difamaciones y humillaciones 
 sálvame de peligros y malas situaciones,
aléjame de enfermedades, penas y dolores,
líbrame, Madre, de enemigos del alma y cuerpo,
que tengan ojos y no me vean,
manos y no me toquen,
pies y no me alcancen. 

Oh Madre bella, Reina de los Cielos y mía, 
invoco tu ayuda por medio del Espíritu Santo,
para que me concedas en especial este favor 
que me ayudaría a salir de estos malos momentos, 
intercede, te lo suplico, para que consiga:

(ahora se solicita lo que se quiere conseguir). 

Virgen del Camino, Madre del Señor y mía, 
gloria refulgente y perpetua puerta de los Cielos, 
 Tú eres la Buena Estrella y seguro refugio nuestro, 
eres la esperanza de los angustiados 
que no dejas de ampararnos y de darnos alegrías
y eres la Madre que nunca abandona a sus hijos, 
Tú gloriosísima María eres benigna como nadie, 
por ello te ruego, acércate y dame los bienes todos;  
dirígeme por el camino correcto 
para que mi hogar, mi familia tenga bienestar 
y mi trabajo (o mi negocio) prospere,
para que mi persona reciba suerte y protección, 
y se acaben las dificultades que me atormentan, 
cúbreme con tu manto de gracia
para que no nos falte paz, el amor, la felicidad
y tengamos tranquilidad, prosperidad y armonía.

Por Jesucristo, tu Sagrado Hijo
y nuestro hermano y Señor,
Príncipe absoluto de los siglos y Rey de las naciones
en cuyo Sagrado Corazón palpita la Gracia.
Amén.

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