La Virgen nos da una gran esperanza, diciéndonos que aún estamos a tiempo de realizar un cambio de rumbo en nuestra vida.
Pero mucho depende de nosotros, de nuestras elecciones, de cuán motivados y decididos estemos para que esto suceda.
Este tiempo, que dura desde el 24 de junio de 1981, se caracteriza por un acontecimiento único en la historia de la humanidad, la presencia de la Virgen entre nosotros, en Medjugorje.
“Queridos hijos! También la naturaleza les ofrece signos de su amor a través de los frutos que les da. También ustedes, con mi venida, han recibido dones y frutos en abundancia. Hijitos, en qué medida han respondido a mi llamado, Dios lo sabe. Yo los invito: ¡No es tarde, decídanse por la santidad y la vida con Dios en gracia y en paz! Dios los bendecirá y les dará el ciento por uno, si confían en Él. Gracias por haber respondido a mi llamado. ”
Nuestra Señora afirma que solo Dios puede saber cuánto hemos hecho que esa semilla que hemos recibido crezca y dé fruto. Y maternalmente nos anima “no es tarde”: aún nos queda tiempo para decidirnos. Si nos sentimos fatigados o nos hemos dejado distraer o nos hemos dejado abrumar por el desánimo, entonces podemos empezar de nuevo y renovar nuestro “sí” por el camino de la santidad con aún más determinación. Si confiamos en Dios, Él nos bendecirá y nos dará una probada del cielo ahora mismo.
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