Las llagas del Señor Jesús: un misterio místico
Las cinco llagas de Jesús son el signo más fuerte de su amor por nosotros y por los agujeros de esas llagas ha pasado la gracia y la misericordia de Dios para cada uno de nosotros a través de los siglos. Sin embargo, hay una sexta llaga, oculta, no visible, muy dolorosa, (sobre la que estaba la cruz) la pesada cruz, herida de tres dedos de profundidad que dejó tres huesos descubiertos. Nadie sabía nada al respecto hasta que, un día, San Bernardo de Claraval en oración le preguntó a Jesús cuál era la llaga que más le había dado más dolor, y Jesús mismo reveló la herida en el hombro santo.
“Tenía una herida en el hombro, tres dedos de profundidad y tres huesos descubiertos para llevar la cruz: esta herida me causó un dolor y un dolor mayores que todos los demás y no es conocida por los hombres. Pero usted se lo revela a los fieles cristianos y sabe que cualquier gracia que me pidan en virtud de esta plaga se les otorgará; y a todos los que por amor a ella me honren con tres Pater, tres Ave y tres Gloria al día, perdonaré los pecados veniales y ya no recordaré a los mortales y no moriré de muerte súbita y en su lecho de muerte serán visitados por la Santísima Virgen y lograrán gracia y misericordia “.
ORACIÓN AL HOMBRO SAGRADO
El más amado Señor Jesucristo, el Cordero de Dios más amable, pobre pecador, adoro y venero Tu Santísima Plaga que recibiste en el Hombro al cargar la muy pesada Cruz del Calvario, en la que se descubrieron tres Huesos Sagrados, tolerando un inmenso dolor en ella; Te ruego, en virtud y méritos de dicha Plaga, que tengas misericordia de mí al perdonarme todos mis pecados, tanto mortales como veniales, que me ayudes en la hora de la muerte y me lleves a tu bendito reino.
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