El Papa Francisco aseguró hoy que “no es una catástrofe” considerar “la posibilidad de hacerme a un lado” y dejar el Pontificado.
En la rueda de prensa a su regreso del viaje apostólico a Canadá, preguntaron Santo Padre sobre sus futuros viajes y las “limitaciones” de su salud. Francisco dijo que “no creo que pueda andar con el mismo ritmo de viajes que antes”.
“Creo que a mi edad y con esta limitación debo medirme un poco para poder servir a la Iglesia, o al contrario pensar en la posibilidad de hacerme a un lado. Se puede cambiar Papa… se puede cambiar, no hay problema. Pero creo que debo limitarme un poco con estos esfuerzos.” añadió.
Sobre la posibilidad de una intervención quirúrgica para su rodilla, el Santo Padre dijo que “no va en mi caso. Los técnicos dicen que sí, pero está todo el problema de la anestesia”.
El Pontífice recordó que “hace diez meses estuve más de seis horas con anestesia y aún hay secuelas. No se juega, no se bromea con la anestesia. Y por esto se piensa que no es del todo conveniente, pero trataré de seguir haciendo los viajes para estar cerca a la gente, porque creo que es un modo de servir, la cercanía, pero más allá de esto no digo nada. Esperemos. ¿A México no hay ningún viaje todavía, no?”.
Papa Francisco: quién podría ser su sucesor
A quienes le preguntaron quién podría ser su sucesor, el Pontífice respondió “lo que el Señor diga. El Señor puede decir que renuncie. Es el Señor quien manda”.
De todos modos, si renunciaba al pontificado, Bergoglio explicó que no se haría llamar “Papa emérito” como lo hizo su antecesor Ratzinger, no vestiría sotana blanca, no viviría en el Vaticano ni regresaría a la Argentina, su patria.
Sería un simple “obispo emérito de Roma” y le gustaría encontrar una iglesia en la capital, quizás la de San Giovanni in Laterano, donde poder seguir confesando a los fieles y visitando a los enfermos.
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