Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Oh, Padre misericordioso, que desde el seno materno, predestinaste a San Juan Bautista, para que fuera Precursor del Mesías, preparando por medio de la austeridad, de su persona y la predicción de la palabra, el corazón de todos los hombres, llevándolos al arrepentimiento, a través del bautismo penitencial, para el encuentro con Jesucristo, Tu Hijo que vive y Reina por los siglos de los siglos. Amén
GOZOS
Oh, Glorioso Bautista alcánzanos Del Señor misericordia y perdón.
Profeta de soledades. Labio hiciste de tus iras. Para fustigar mentiras Y para gritar verdades.
Oh, Glorioso Bautista alcánzanos Del Señor misericordia y perdón.
El desierto encendido fue tu ardiente maestro para allanar montañas Y encender los senderos.
Oh Glorioso Bautista alcánzanos Del Señor misericordia y perdón.
Vio como el cielo se abría Sobre el cordero de Dios Y su vos le anunciaría que por siempre unió a los dos.
Oh Glorioso Bautista alcánzanos Del Señor misericordia y perdón.
Más aun en su presencia, Con humilde sumisión, Pide el que es Dios por esencia, Para empezar su misión.
Oh Glorioso Bautista alcánzanos Del Señor misericordia y perdón.
Oh sin par doxología Voz del Padre en el Jordán, El Hijo que la acogía y la Paloma que ardía Sobre Jesús y San Juan.
Oh Glorioso Bautista alcánzanos Del Señor misericordia y perdón.
Por fin en un banquete Y en el placer de un ebrio, Y el vino de tu sangre santifico el desierto.
Oh Glorioso Bautista alcánzanos Del Señor misericordia y perdón.
Profeta de soledades, Labio hiciste de tus iras. Para fustigar mentiras Y para gritar verdades. Amén.
DÍA SÉPTIMO
Prisión de Juan el Bautista (Lc 3, 19-20)
Mientras tanto el tetrarca Herodes, a quien Juan censuraba a causa de Herodías, la mujer de su hermano² y por todos los delitos que había cometido, cometió uno más haciendo encarcelar a Juan.
ORACIÓN FINAL
Oh, Glorioso San Juan Bautista, que durante toda tu vida diste testimonio del total desprendimiento de las cosas terrenas cumpliendo con humildad Y fidelidad la voluntad del Padre Celestial, como verdadero Precursor del Mesías y poco, con sencillez del deber cumplido, fuiste desapareciendo para que Cristo Salvador inaugurara el Reino de Dios entre los hombres. Ayúdanos a vivir, según el ejemplo admirable que Tú nos das, para que un día podamos contar contigo en las Mansiones Celestiales las glorias y alabanzas de nuestro Creador. Amén
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
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