Haz esta oración al Divino Rostro de Jesús y un Milagro vendrá a tu vida
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Oh Señor Jesús, mi salvador, al estar de rodillas ante tu imagen sagrada, mi conciencia me dice que yo he sido el que te he puesto en la cruz con mis propias manos, debido a todas las veces que he caído en el pecado.
Dulce Jesús mío, mi amor y mi bienhechor, digno de alabanza y de honor, viendo como tantas veces me has colmado de grandes bendiciones y no has tenido en cuenta mis errores, yo humilde y arrepentido me postro de rodillas ante ti, convencido de que aún puedo reparar mis faltas, con las que te he ofendido, por eso te pido perdón por no haberte escuchado ni atendido a tus enseñanzas.
Oh Señor Jesús, hoy reconozco la inmensidad de tu amor, te doy gracias por todo lo que has hecho por mí. Te doy gracias por todo lo que has entregado en la cruz por mí y por darme la salvación de mi alma, por eso con el corazón, con el pensamiento y con los labios te digo: que quiero amarte más cada día y quiero que todos mis hermanos conozcan tus maravillas y puedan ver el infinito amor que nos das cada día.
Mi Dios, imprime en mi corazón que en ocasiones es de piedra tu mensaje de amor, tu sello hermoso de misericordia, has crecer la llama ardiente de tu amor en mí, para que un día pueda ver tu Santo Rostro glorioso, con la gracia y dulzura infinita que posees.
Te adoro y te amo, mi divino Jesús, hijo de Dios Padre, te pido perdón por todos los ultrajes que has sufrido por mí causa, insistente pecador soy, amado Jesús de mi alma, ten compasión de mí.
Mi sagrado Jesucristo, veo tu rostro amable, herido por los golpes recibidos, manchado con la saliva de los que te escupían, desfigurado por todos esos malos tratos, tus ojos bellos, bañados con las lágrimas que derramaste por nuestra salvación, tus sagrados oídos, atormentados por las blasfemias, injurias y maldiciones y tu santa boca, llena de gracia y de dulzura y por los pecadores, llena de hiel y de vinagre, por la ingratitud de tu pueblo.
Me duele mi buen Jesús, verte sufrir tan dolorosa pena, sin embargo te doy gracias, oh Jesús de mi vida, por el amor que me tienes, porque me has librado de sufrir la flagelación y la eterna condena que he merecido a causa de mis pecados, te suplico que me ayudes a hacer buen uso de mi tiempo y de mi vida aquí en la tierra, para producir frutos dignos de la honra y la gloria de Dios.
Dios, Padre Eterno, te ofrezco el Adorable Rostro de tu Amado Hijo, te lo presento, para implorarte por el perdón de mis culpas, por la conversión mía y de todos los pecadores, y por la salvación del mundo entero, muéstranos tu misericordia y ayúdame con esta necesidad que no he podido resolver:
(Ahora preséntale al Señor tus problemas y pide su poderosa ayuda).
Oh Bondadoso Jesús de mi vida, tú has dicho: “pide y recibirás, busca y encontrarás, golpea y se te abrirá”. Concédeme, Oh Señor, por tu amor, esa fe inquebrantable en ti, que lo sostiene todo, que lo soporta todo, que lo vence todo. Concédeme también, Oh Señor, por tu bondad, perseverar en el camino del bien, cumpliendo fielmente los mandamientos de Dios, tus divinas inspiraciones y que mi alma pueda encontrar en tu corazón un refugio seguro.
Oh mi buen Jesús, no rechaces esta humilde oración, cuando en medio de mis aflicciones, te ruego y te busco con amor sincero, porque en ti confío.
Adorable Jesús de mi vida, tú eres mi amor, mi consuelo, mi luz y mi todo; permíteme conocerte, amarte y servirte, que de ahora en adelante, yo pueda vivir Contigo, de Ti, en ti, a través de Ti y para Ti.
ASÍ SEA
Ahora haz el Credo, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y tres Glorias.
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