San Roque González de Santa Cruz: Patrono del Corazón y Protector contra el cáncer
San Roque González
Cada 16 de noviembre la Iglesia recuerda a San Roque González de Santa Cruz, sacerdote jesuita, mártir y primer santo paraguayo.
San Roque: Oración
Bendito y alabado seas, Señor, nuestro Dios, por el don que nos hiciste en la persona y santidad de Roque González.
Al dar gracias al Señor, nos dirigimos a ti, Santo Patrono Roque González.
Tú que nos conoces desde las raíces ayúdanos a convertirnos.
Te pedimos por los que tienen poder, para que se dediquen al servicio del pueblo y que hagan respetar las leyes a todos por igual.
Cuida las familias, para que en ellas se viva un estilo de amor y reciprocidad.
Danos fuerza para ser solidarios con todos y poder ser como tú, testigos de la Resurrección de Cristo y la rebosante redención.
Te suplicamos por los niños, para que encuentren el cariño permanente y armonía en crecer. No te olvides de los jóvenes que, siendo realidad cristiana hoy, nos hacen esperar en Paraguay nuevo mañana.
Te pedimos por los ancianos para que con alegría se preparen a recibir el premio a su perseverancia en la Fe. Que nuestro enfermos tengan salud, los pobre prosperidad y la Iglesia vocaciones.
Gracias por no abandonarnos y gracias por interceder por tu patria, el Paraguay. Amén.
San Roque: Oración II
San Roque González, tú que eres el santo patrono de este querido colegio, intercede ante Dios por todos los que cumplimos alguna tarea en él, para que sigamos tu ejemplo: entregar nuestra vida a la oración, al amor a Dios y al prójimo. Y apropiarnos de tu confianza en que Dios está en cada paso que damos.
Te ofrecemos nuestro día a día, para que tú nos enseñes a confiar en ese Dios que es todo bondad, para que allane nuestro camino, guiándonos hacia la voluntad de Jesús.
Pedimos también, a nuestra santa Madre, a quien tú llamabas cariñosamente «la conquistadora», que con su amor infinito siga motivándonos a cumplir con la misión que como colegio Verbita tenemos en nuestras manos: llevar el Evangelio a quienes lo necesiten, con hechos que reflejen un corazón lleno del fuego del Espíritu Santo, para dar lo mejor de nosotros. Amén.
