R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.
Preparas una mesa ante mi,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.
Salmo 129,1-2.3-4.5-7a.7bc-8 R/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Desde lo hondo… Read More
Evangelio según San Mateo 5,20-26. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si vuestra… Read More
Papa Francisco: el Pontífice de los pueblos y de los últimos El hombre que vino… Read More
Oración inicial para todos los días Padre de todos los hombres, compadécete de nosotros, los… Read More
Por la señal, de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, libranos Señor Nuestro. En… Read More
Medjugorje: ¿Qué tiene que decirnos hoy la Reina de la Paz? Mensaje del 25 de… Read More